¿Paranoia? Nada es lo que parece

Sonidos extraños se hacían cada vez más agudos e intensos. El crujido de los árboles secos tras el paso de la gélida brisa nocturna, era un cántico bastante ensordecedor. La fiel bruma y la luna desde lo alto del cielo, brindaba un ambiente lúgubre. 

Por alguna razón, empecé a sentirme observado. Eso me tenía demasiado incómodo e inquieto. Sobre todo, porque acrecentaba mi paranoia a cada paso. Ciertamente escogí la noche más rara para dar mi acostumbrada caminata nocturna. Probablemente debí quedarme en casa...

El recorrido por el sendero Brownwich parecía toda una eternidad. A parte, mi reciente nerviosismo, me hacía ver como un ave de corral a punto de ser liquidad. Eso no ayudaba mucho. Opte por acelerar el paso, pues caminar con calma, ya no es una opción.

Mi suerte empeoró. Volví a escuchar un sonido nada agradable a lo lejos. ¡¡Ese tétrico ruido de ramas quebrarse otra vez!!

¡¡Oficialmente estaba asustado!! Lo realmente grave es, que aún faltaban 48 minutos para retornar a casa. Es una total pesadilla. Además, ahora que lo pienso, deberían estar circulando vehículos en ese momento. Usualmente hay mucho más movimiento a esta hora. 

–¡¡Que está sucediendo!!... ¿Será que estoy exagerado un poco y solo es la sensación de soledad de esta zona me produce esta paranoia?

No había terminado de perderme en mis pensamientos, cuando ese ruido tormentoso regresó. Aquel eco de pisadas fuertes sobre ramas frágiles y secas volvía a hacerse presente, causando más zozobra y miedo. En verdad alguien me está siguiendo.

–¡¡Voy por ti!! – Escuche una voz a los lejos­. Al oír nuevamente lo mismo, sentí mi sangre helarse. Automáticamente, la poca valentía que poseía, se perdió en ese instante. No sabía si ese murmullo provenía de la profundidad del bosque oscuro. Pues sonaba desde varias direcciones, aumentando mi confusión. A raíz de eso, mi angustia se desbordaba a cada segundo. Mi cordura pendía de un hilo. Mi instinto de autoprotección actuaba cual motor, impulsándome a correr a mayor velocidad. Estaba desesperado y no quería averiguar lo que aparentemente me acechaba. Pero... Como si de un castigo se tratase, me percate que me hablaban otra vez.

– ¿Por qué huyes? Entiende. Nuestro encuentro es inevitable. ¡¡Nadie lo evitará!! – Mencionó la profunda voz de forma burlona, aunque macabra al mismo tiempo. Esas palabras retumbaron en mi cabeza, evitando mi concentración. 

Desorientado, perdido, asustado y moviéndome de un lado para otro. Ante los ojos de cualquiera persona, yo sería un desquiciado. Estoy perturbado y ya no sé qué es real... 

Al fin había llegado a mi destino. Mi hogar, mi refugio. El lugar donde estaría resguardado y protegido. Con la aparente crisis de paranoia que experimentaba, entré como pude a mi casa. Puse todos los cerrojos y candados en la puerta. No obstante, algo no anda bien, se sentía incómodo. Incluso el aire estaba muy pesado. Preferí ignorar esa sensación. Quizás, lo vivido fue producto del estrés ocasionado por mi miedo irracional. Al parecer tengo una imaginación muy volátil.

–Finalmente tengo paz y tranquilidad. Creo que la noche estaba jugándome una mala pasada. En fin... Vaya susto.

Determinado en olvidar lo sucedido y con la firme convicción de distracción. Preparé una ducha con agua tibia. Necesitaba relajarme en muchos aspectos. Evitar tantos desvaríos de mi cerebro.

Un plan muy sencillo. Tener una noche plena. Completamente pacífica. Quizás, un buen whisky para degustar el paladar. Y al final, caer en un sueño profundo. Lo mejor que se me ha ocurrido. 

Los minutos y las horas transcurrieron sin novedad alguna. Después de la mejor ducha que he podido tomar, más los deliciosos tragos ingeridos, me consiguieron un pase libre al reino de Morfeo. Así duré varias horas. Sin embargo, toda la armonía se fue a la cañería en un soplo. Mi tortura regresó. La inequívoca resonancia de mi calvario, frenando sin control y de tajo, la calma adquirida con anterioridad. El sueño que creía solido e interrumpible, sucumbía ante mi verdugo invisible. El murmullo de mi tormento se repetía una y otra vez.

– ¿Acaso pretendías deshacerte de mí? Te lo repetiré de nuevo. Estas tan unido a mí, como las células a tu cuerpo. Soy parte de ti. Te haré sentir mucha desesperación y no podrás impedir esto – mencionó "la voz flotante" con sarcasmo y malicia. Grabé esas palabras con mucho detenimiento, hasta lo más profundo de mi conciencia. –¡Que tonto eres! Estamos atados el uno al otro. Te será imposible librarte de mí. – No sé qué quiso decir exactamente con esa afirmación, pero me causo mucha incertidumbre, inquietud y sobre todo angustia.

–¿Quieres saber quién soy y que quiero contigo, mi estimado Jacques? Me pregunto muy jocosamente. 

–!No! Mi único deseo es que se acabe ya esta pesadilla. ¡Qué desaparezcas! No tengo interés alguno en saber qué cosa eres.

–Palabras muy duras e hirientes de parte tuya, pero será muy difícil que me esfume, así como si nada. Además, logré salir hace poco y no tengo deseos de regresar a ese sitio oscuro. Esta es la perfecta ocasión para atormentarte sin restricciones. 

¿Realmente estaba pasando esto? ¿Qué podía hacer? ¿Cómo podía corroborar si lo que escuchaba era cierto? 

Mis interrogantes sobre este feo e irregular acontecimiento se vieron interrumpidos de golpe. Frente a mi empezó a formarse algo que a mi parecer era inhumano. Se sentía putrefacto, corrupto y muy peligroso. Ni en mis más locas pesadillas lo hubiese imaginado. Pero quizás la mayor sorpresa, fue la paulatina aparición de su rostro... Eso causaba cierto desequilibrio en mi cabeza. No entendía el por qué todo se asemejaba a un burlatico chiste de un mundo conspirador, el cual solo se empañaba minuto a minuto a joderme la vida.

Nuevamente su irritante, maquiavélica y perversa voz hacía acto de presencia perturbando mi paz.

–¡Hola Jacques! Me da mucho gusto vernos frente a frente. No te imaginas cuanto deseaba esto.

Sus palabras, su sonrisa maligna, sus ojos carentes de cualquier ápice de bondad, no auguraba nada bueno para mi. Me preguntaba una y otra vez... ¿Esto realmente es real? ¿De verdad me está pasando esto?

–¡Ohhh! Claro que esta sucediendo mi querido Jacques. Te lo repito. Soy parte de ti. Soy tú, pero más corrupto y peligroso...

Acaso había leído mis pensamientos. Tenía que ser una jodida broma. Eso hizo erizar mi piel y llenarme de miedo. Sí, miedo. Porque ni mi mente está segura.

–Claro que puedo saber lo que piensas. ¿Acaso pensaste que tu débil mente se salvaría de ser hurgada por mi? Verdaderamente eres un iluso.

No podía articular palabra alguna. Quedé estático, temeroso de saber que planeaba conmigo. Fue en ese instante cuando lo vi acercarme a mi. Su sonrisa macabra bloqueó mi sentido de autoconservación. Solo pude reaccionar cuando su mano estaba aprisionado mi cuello.

– ¡¡Suéltame!! Te digo que me sueltes. 

Su única respuesta fue apretar con mucha más fuerza. Ya me cuesta respirar. No importa que tanto trate de retirar su mano de mi, no me suelta. Ni las patadas que estoy lanzando hacen que me libere. Estoy desesperado. ¡¡Su agarre es muy fuerte!! Pero de un momento a otro me soltó. Pensé que no me haría nada mas... Hasta que vi su sonrisa.

–Sabes Jacques, voy a disfrutar esto. Mucho tiempo me mantuviste encerrado.

No entiendo a que se refiero con eso... Pero que es este dolor tan terrible que siento. Parece como si estuvieran apuñalándome.

–Ese es el inicio de esta linda aventura Jacques – Me dijo de manera burlona y peligrosa. Golpea repetidamente mi abdomen. Es tan doloroso. Lo peor es que no puedo defenderme. Por alguna razón mi cuerpo no reacciona. – ¿Qué sucede Jacques, el gato te comió la lengua? Creo que seguiré con esta agradable rutina de apalearte. Lo haré hasta verte sangrar... 

¡Maldita sea! Mi cuerpo no reacciona. A este paso me va a matar. Maldigo mi suerte.

–¿Qué sucede mi buen amigo Jacques? Esperaba que comportará con mucho más animo en nuestra pequeña fiesta... Es una verdadera lastima. Pero bueno, para tu tranquilidad y mi desdicha, creo que pronto me ausentaré. Pero ha sido una velada maravillosa. Sobre todo porque te he torturado como he querido. 

Hasta nuestro próximo encuentro amigo mío. 

– Después de esas palabras cargadas de mucha ironía, la oscuridad y el silencio penetraron cada rincón de mi casa. He dejado de escuchar aquella aterradora voz. No obstante, me siento extraño. Si bien no hay dolor tras la tortura que recibí, la sensación me causa confusión. Sin sonidos, luz, no hay malestar alguno, tampoco percibo aumento o disminución de la temperatura. No sé si mis ojos están cerrados o abiertos. ¿Estaré muerto acaso? 

No sé ni cuanto tiempo ha pasado. No tengo noción del tiempo. Esta experiencia es tan confusa y aterradora al mismo tiempo. Ya no sé lo que es real. Solo deseo que esta pesadilla termine. Aun sigo sin entender mucho esta situación. Por lo pronto, lo mejor seria cerrar mis ojos. Y dormir hasta recuperarme de toda esta locura. Bueno eso si aun están abiertos. Aunque no sé si pueda hacerlo en estas condiciones tan particulares. Solo me dejaré llevar y descansaré finalmente... 

Centro psiquiátrico Saint Claire.

– ¡Parker! ¿Dígame, desde cuando está él así?

–Creo que lleva una semana en ese estado doctor Newman. Normalmente es tranquilo. Pero desde hace dos días se encuentra como usted lo está observando. Gritando y diciendo que lo van a matar. Realmente balbucea solo incoherencias señor. Lo hemos sedado varias veces, para evitar que se lastime a si mismo.

– Ummm... Déjeme ver su cuadro clínico por favor.

Esto es todo lo concerniente al paciente doctor.

–Muchas gracias señor Parker. Puede retirarse...

–Ok, doctor Newman. 

–Veamos que tenemos aquí... Quizás mirando esto analizaré su estado actual.

Paciente: Jacques Stevenson, 39 años, cabello negro, ojos marrones, tez morena, estatura promedio y complexión delgada. 

Enfermedad: Desorden de personalidad múltiple y esquizofrenia aguda.

–Es triste ver a una persona en un estado tan lamentable. Pasar seis años de su vida recluido en un lugar como este sin posibilidad alguna de salir. Realmente trágico...



Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi Dulce Poesía

Confesiones del corazon

Pensamiento#10