Papel y lapiz

Soy un nómada que aún no conoce  el horizonte, esa es una de mis desdichas... Voy sin rumbo fijo y solo un rumor guía mis pasos, no conozco otra manera de ir a donde debo. Diría que soy como una hoja arrastrada por el viento el cual es dueño de mi destino. "Soy todo y nada a la vez, soy una paradoja versada"

Pasaban los días, horas y minutos, mis pensamientos y los tuyos se unían como rompecabezas perfectos. Caminos entrelazados por obra del destino. Amor creciente, expandiéndose como el majestuoso universo. Tu voz llena de pasión después de cada te amo, cada te quiero. Tus ojos siendo el espejo de tu alma en su máxima expresión y aquella sonrisa tan radiante como los rayos de sol que ilumina mi vida y también mis días.

La carne llama al pecado y el se vuelve realidad, la mente se llena de remordimiento y el alma es carcomida por la culpa. Mil sensaciones por un solo hecho, demostrando la simpleza de naturaleza humana.

Temores se apoderan de ti como aves de rapiña acechandote, causando sosobra por la inminente punumbra que te espera. El apego a este mundo material y todo lo que ofrece es tu excusa para no querer abandonarlo. Tu mente desea huir de lo inevitable, escapar a la inherente verdad parece tu única salida, pues tus miedos han ganado la batalla.

Lejos físicamente, pero cerca de ti en alma y pensamiento, siendo fuerte por ti cuando te sientes debil, siendo luz cuando te acecha la oscuridad, volviendome tu paz cuando tu vida se ha vuelto una tormenta. ¡Heme aquí! Soy la brújula para llegar a tu norte, ese camino en medio del valle de espinas, esa voz que te susurra "continúa",  aunque estés cansada. Soy el cuidador de tesoros, el carcelero de tus preocupaciones, la magia en días tristes  y tú fortaleza en días de agonía.